Ellos ya eligieron ser una familia global.
César Queutre recibió a Erick de Brasil en su casa.
"Mi experiencia como familia global en AIESEC fue muy linda.
Fui anfitrión de Erick (de 19 años) proveniente de Brasil, y lo hospedé durante todo el mes de Julio de 2015.
Al principio no puedo negar que tenía un poco de miedo, y ansiedad por saber cómo iba a ser la convivencia. Si bien, hay charlas previas con las chicas organizadoras, y se accede a un video en donde se conoce a la persona que viene al país a hospedarse en nuestras casas, nada asegura que la experiencia vaya a ser exitosa.
Pero más allá de las inseguridades e incertidumbres, creo que es importante sacarse los miedos, y arriesgarse. Mi experiencia fue bellísima, aprendí a conocerme un poco más, a ser más tolerante, aprendí a convivir con una persona desconocida, y a adaptarme a diferentes circunstancias que solo pueden ser vividas a través de recibir a un voluntario del exterior.
Yo vivo en un monoambiente, y si bien el lugar es pequeño, como dice el dicho "el corazón fue grande". Con Erick nos arreglamos perfectamente, es una persona muy respetuosa y muy tranquila. Tenía sus horarios de voluntariado por la tarde, y pasaba bastante tiempo, en reuniones con los demás voluntarios de otros países. Jamás se tomó atribuciones que no le correspondieran, y yo seguí con mi rutina normalmente. A los días de conocerlo, sentía mucha confianza con él, y siempre se comportó excelentemente bien.
Al principio costó entendernos por una cuestión de costumbres e idiomas. Pero, luego de una semana de convivencia, todo cambió, y realmente disfruté de la compañía de mi hermano brasilero.
Desde mi lugar, traté de brindarle la mayor comodidad posible, dado que era un chico de muy corta edad, y yo me daba cuenta que extrañaba mucho a su familia. Creo que también se trata un poco de eso, en ponernos en el lugar de la otra persona y tratar de acompañarlo en todas las circunstancias. Los Voluntarios del exterior vienen a hacer tareas sin retribución a cambio, costean absolutamente todos sus gastos de su propio bolsillo, y nuestra tarea como Familia Global es acompañar a nuestro huésped con el mayor cuidado y respeto que se merezca, siendo hospitalarios y solidarios, con todo lo que ello implica.
Por otro lado, contaba con el respaldo de las Organizadoras de Aiesec de Nqn, (Ailen y Flor), y sabia que cualquier problema que tuviera, contaba con ellas por cualquier dificultad que se pudiera presentar. Esto me daba mucha tranquilidad.
Vuelvo a repetir que la clave está en arriesgarse. Y vale la pena. Yo gané en experiencia y ahora un amigo mas en Brasil. :)
Éxitos para todos los que se animen a esta aventura!"
"Mi experiencia como familia global en AIESEC fue muy linda.
Fui anfitrión de Erick (de 19 años) proveniente de Brasil, y lo hospedé durante todo el mes de Julio de 2015.
Al principio no puedo negar que tenía un poco de miedo, y ansiedad por saber cómo iba a ser la convivencia. Si bien, hay charlas previas con las chicas organizadoras, y se accede a un video en donde se conoce a la persona que viene al país a hospedarse en nuestras casas, nada asegura que la experiencia vaya a ser exitosa.
Pero más allá de las inseguridades e incertidumbres, creo que es importante sacarse los miedos, y arriesgarse. Mi experiencia fue bellísima, aprendí a conocerme un poco más, a ser más tolerante, aprendí a convivir con una persona desconocida, y a adaptarme a diferentes circunstancias que solo pueden ser vividas a través de recibir a un voluntario del exterior.
Yo vivo en un monoambiente, y si bien el lugar es pequeño, como dice el dicho "el corazón fue grande". Con Erick nos arreglamos perfectamente, es una persona muy respetuosa y muy tranquila. Tenía sus horarios de voluntariado por la tarde, y pasaba bastante tiempo, en reuniones con los demás voluntarios de otros países. Jamás se tomó atribuciones que no le correspondieran, y yo seguí con mi rutina normalmente. A los días de conocerlo, sentía mucha confianza con él, y siempre se comportó excelentemente bien.
Al principio costó entendernos por una cuestión de costumbres e idiomas. Pero, luego de una semana de convivencia, todo cambió, y realmente disfruté de la compañía de mi hermano brasilero.
Desde mi lugar, traté de brindarle la mayor comodidad posible, dado que era un chico de muy corta edad, y yo me daba cuenta que extrañaba mucho a su familia. Creo que también se trata un poco de eso, en ponernos en el lugar de la otra persona y tratar de acompañarlo en todas las circunstancias. Los Voluntarios del exterior vienen a hacer tareas sin retribución a cambio, costean absolutamente todos sus gastos de su propio bolsillo, y nuestra tarea como Familia Global es acompañar a nuestro huésped con el mayor cuidado y respeto que se merezca, siendo hospitalarios y solidarios, con todo lo que ello implica.
Por otro lado, contaba con el respaldo de las Organizadoras de Aiesec de Nqn, (Ailen y Flor), y sabia que cualquier problema que tuviera, contaba con ellas por cualquier dificultad que se pudiera presentar. Esto me daba mucha tranquilidad.
Vuelvo a repetir que la clave está en arriesgarse. Y vale la pena. Yo gané en experiencia y ahora un amigo mas en Brasil. :)
Éxitos para todos los que se animen a esta aventura!"
Yanina recibió en su casa a Moeko de Japón y Antonio de Brasil.
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Maximiliano vivió la experiencia de viajar al revés recibiendo a Robert de Alemania.